Lamento – Salmo 14

Dice el necio en su corazón:
“No hay Dios.”
Están corrompidos, sus obras son detestables;
¡no hay uno solo que haga lo bueno!
Desde el cielo el SEÑOR contempla a los mortales,
para ver si hay alguien
que sea sensato y busque a Dios.
Pero todos se han descarriado,
a una se han corrompido.
No hay nadie que haga lo bueno;
¡no hay uno solo!
¿Acaso no entienden todos los que hacen lo malo,
los que devoran a mi pueblo como si fuera pan?
¡Jamás invocan al SEÑOR!
Allí los tienen, sobrecogidos de miedo,
pero Dios está con los que son justos.
Ustedes frustran los planes de los pobres,
pero el SEÑOR los protege.
¡Quiera Dios que de Sión
venga la salvación de Israel!
Cuando el SEÑOR restaure a su pueblo,
¡Jacob se regocijará, Israel se alegrará!


Señor Jesús, trae vida y palabra a tu iglesia. Que nos duela y escandalice nuestro silencio cómplice ante tanta violencia hacia nuestras hermanas. Que por lo menos nos duela y ofenda tanto como lo hace ver paredes e imágenes vandalizadas.
Sentimos tu pregunta hiriente: ¿dónde está tu hermana? Nos aterra pensar que haya sangre en nuestras manos.
Tal vez Tú limpiarías lo que otros ensucian, empezando con la dignidad del prójimo.
En nuestra debilidad, ayúdanos Señor.

Sugerencia:
Moviliza con círculos amplios tus hombros y tus caderas, moviendo los brazos y las piernas libremente.


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